NUEVAS METAS
- Gitana del Viento

- 18 sept 2021
- 2 Min. de lectura

Con la claridad del nuevo día, se reinicia en cada uno la sensación de la novedad que representa la promesa de la luz que ilumina un renovado inicio de vida activa, solicitando la participación directa y confianza personal de todos los seres vivientes. Eventualmente hay inquietud, dudas e inseguridades de la ruta a inaugurar con requerimiento de entrega y cumplimiento en las acciones que van a realizarse por obligación o afición.
A pesar de ello se ofrece energía y fortaleza vital, que es cualidad que toda persona debe mantener dentro de sí y utilizarla estimulando: el deseo constante de descubrir y buscar nuevos sueños, metas innovadoras y esperanzadas, son como el “salto alto” deportivo, ya que con energía es posible subir cada día un poco más y establecer “marcas” de superación, para volver hacerlo en el futuro un salto más elevado.
En toda competencia cada participante se esfuerza por mejorar permanentemente sus logros, con el deseo individual de sentir y superar cada escalón de ascenso en la vida, sembrando nuevas metas y utilizando seriamente el tiempo cotidiano para mejorar lecciones y aprendizajes, en un autoimpuesto sentido de superación en beneficio de la calidad humana, absolutamente inherente a las personas.
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El privilegio de percibir, sentir y disfrutar la vida es una suerte de juventud perpetua por ello: soñar, aspirar, esforzarse, buscar metas afanosas es parte del ser viviente; con una dosis mayor de ilusiones y potencialidades en la juventud, con paciencia y sabiduría en la adultez, pero con una convocatoria integral a todos los humanos.
Disfrutar cada existencia a cabalidad en tiempo apropiado, debe nutrir cada vivencia porque es sentimiento dinámico, que impulsa a toda persona a buscar nuevos fines y objetivos, afrontar positivamente dificultades y desafíos que darán valor y mayor sentido a cada instante.
Es fundamental mantener la energía vital renovada en todo momento, que de muchas maneras movilizará más y mejor cada rutina, ofreciendo un presente activo, un pasado de gratos recuerdos y un futuro de promesas y satisfacción.
La indiferencia, pasividad e inercia ahogan mente y corazón entristeciendo cada vida, restando interés y curiosidad a múltiples instantes, transmitiendo incertidumbre falta de seguridad y amargura, haciendo paulatinamente palidecer al privilegio de la vida. La indiferencia roba instantes bellos y momentos especiales. La pasividad anula la creatividad y fomenta la imitación no pensada. La inercia es la antesala del perder la vida.
La mejor ofrenda de gratitud a cada uno es la creatividad que impulsa nuevos colofones, descubrimientos y creaciones de valor, que brindan el tesoro de un sentido de valía personal a cada minuto del vivir. Y siembran constantemente con fe nuevas metas para matizar con felicidad cada existencia.
Gitana del Viento






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