MADUREZ HUMANA
- Gitana del Viento

- 9 ago
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La Experiencia es el conocimiento acumulado en el transcurso de cada vida, apoyando el aprendizaje cultivado por cada uno/a, respaldando la madurez para tomar mejores decisiones; valorando posibilidades y riesgos.
Es la edad la que aporta experiencia, ofreciendo nuevos conocimientos y amplios panoramas, de acuerdo a las circunstancias. Tanto cada sentimiento y circunstancias personales, amplían el panorama modelando pausadamente, la apreciación madura y oportuna en sus actividades; creando así la madurez individual.
Se siembra en cada vida, múltiples lecciones de la vida, además: paciencia para afrontar las contrariedades que se presenten; creando capacidad para analizar con profundidad los acontecimientos, formando así el análisis consciente de los sucesos; adecuándolas a la realidad presente, para emitir juicios precisos con evidente serenidad, para tomar decisiones y realizar acciones.
La Experiencia no es fácil de construir de manera activa, ya que se modela con los golpes de la vida, por lo que se debe tener una actitud alerta y vigilante, que nos guíe para sacar el mejor provecho, de todas las circunstancias vitales, que se viven como persona.
La experiencia es el mejor docente en el transcurso vital individual, en los múltiples ámbitos existenciales; sobre todo: en las decisiones económicas. Cada vida debe ser una múltiple variedad de sensaciones, acontecimientos y encuentros. La experiencia se modela exclusivamente, viviendo y desde luego: aprendiendo. Como seres humanos somos capaces de analizar la información y sucesos, siendo capacitados para generar nuevas alternativas.
El vivir cada vida con esfuerzo y aprendizaje constante, motiva la percepción exacta de la realidad cotidiana. Al vivir la vida individual con profundidad y esfuerzo, se generan lecciones más exactas de la realidad, motivando una percepción más concreta de la ruta vital personal, capacitándolos para darle la justa medida a todo.
La experiencia que se va acrecentando, genera la percepción más exacta de la realidad concreta; guiándonos para poder darle la justa medida a todo. Desde luego nos ayuda a percibir más concreta y exacta la realidad como es, no como nosotros queremos que sea. Esto nos lleva a tomar mejores decisiones, a ser más justos, a medir nuestros impulsos, a ser más equitativos; midiendo nuestros impulsos. La experiencia y la prudencia, van tomados de las manos.
Para enriquecer nuestra madurez y experiencia, hay que analizar decisiones pasadas y futuras, teniendo y entendiendo: que se debe ser humilde y aprender constantemente de los demás…sin aferrarnos a una idea, sino aplicando aprendizajes en el tiempo, con apertura a la opinión ajena, siendo honestos con nosotros mismo, para corregir y/o rectificar cuando se requiera.
Gitana del Viento






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